Páginas vistas periódicamente

jueves, 24 de diciembre de 2020

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!



Como sabéis, todos los años por Navidad, nos acordamos de todos aquellos que nos han dejado, y en su honor, este año, os traemos una preciosa historia  extraída de planetacb.com sobre el más grande estandarte madrileño que ha existido:
Nuestro Fernando Martín.

Os recordamos que si queréis conocer muchas más cosas de Fernando Martín, el libro de Javier Balmaseda, «Instinto Ganador», está a la venta en Amazon.

A comienzos del mes de mayo de 1984, la selección española de baloncesto estaba en plena preparación para el torneo preolímpico de Francia, en el que intentaría conseguir su billete para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Después de haber disputado el torneo de Linares, los hombres de Antonio Díaz Miguel se dirigían a la localidad gaditana de Puerto Real para enfrentarse, en un nuevo torneo preparatorio, a Israel, Polonia y la Unión Soviética de los temibles Sabonis y Tkachenko. España y el resto de selecciones se concentraron en el hotel Puerto Bahía, en la playa de Valdelagrana (Puerto de Santa María), donde solían merodear algunos aficionados en busca del autógrafo de sus ídolos. Este fue el caso de José Miguel (un joven de catorce años por entonces), que vivió una fascinante historia cuando se escapó del colegio con un par de amigos con la esperanza de encontrarse con Fernando Martín, uno de sus dos ídolos (Arconada era el otro). Pero mejor que sea el propio José Miguel ( José Miguel Muñoz, 7-7-1969, periodista deportivo hoy) nos cuente la historia:

Me acerqué al hotel a ver a Fernando Martín. Una vez allí, me lo encontré sentado en un sofá de la cafetería junto a Corbalán. Los jugadores rusos, que también están concentrados en el mismo hotel, empezaron a salir del comedor y aproveché la ocasión para pedirles autógrafos. Todos fueron muy amables y se pararon a firmarme, salvo uno, el gigantón Tkachenko, que además llevaba cuatro naranjas considerables en la mano, pero era como el que llevaba cuatro mandarinas; ya sabes el tamaño de Tkachenko (2,21 metros) y lo que impresionaba. El caso es que me acerqué a pedirle un autógrafo (con mi inglés del colegio) y él, en lugar de atenderme, me empujó con las naranjas que debido a la diferencia de altura, impactaron entre mi hombro y mi cara. No es que me agrediera, pero me echó hacia atrás como diciendo: “Mira niño, quítate de en medio”. El caso es que me caí de culo, aunque afortunadamente no me hice daño. 
Fernando Martín, pese a no estar cerca, se percató de la situación desde el sofá. Entonces, se levantó rápidamente y mientras se acercaba, le recriminó (en inglés) a Tkachenko con un gesto muy serio su acción tan desafortunada. Fue escueto con el ruso, pero bonito no tuvo que ser lo que le dijo, aunque no conseguí  entenderlo. 

Acto seguido se agachó, me levantó como si fuera un muñeco y me preguntó cómo estaba con una ligera sonrisa. Yo estaba muy nervioso y, para mi sorpresa, Fernando Martín, mi ídolo, me invitó a sentarme con él y Corbalán. No me lo podía creer. El caso es que estuve un buen rato con ellos (alrededor de veinte minutos); fueron unos minutos increíbles e inolvidables. Fernando estuvo muy amable conmigo. Recuerdo sobre todo su preocupación y su atención. Cada dos por tres me preguntaba si estaba bien. Se notaba que quería que me tranquilizara y que estuviera a gusto, como restándole importancia a lo que me había sucedido con Tkachenko. De hecho, soltó un par de bromas con el ruso para buscar mi risa y quitarme el susto, diciendo algo así, como: “Ahora entiendes por qué cuando yo estoy debajo del aro tengo que emplearme a fondo cuando él me empuja”, en plan jocoso. Además, me invitó a una coca cola y me firmó la carpeta del colegio donde tenía varias fotos suyas.

Me acuerdo que bromeó con unas fotos de Estefanía de Mónaco que llevaba en mi carpeta: “Tienes que tener fotos de chicas, no mías”, me dijo. Yo estaba en una nube y mis dos amigos flipaban, no se atrevían ni a acercarse. Y para mi asombro, Fernando me comentó que le dejara mis datos para mandarme algo. A los pocos días recibí en mi casa varias fotos suyas firmadas. Mi ídolo no solo me había socorrido y atendido de una forma exquisita, sino que además se tomó la molestia de tener este nuevo detalle conmigo. Lo último que recuerdo de aquellos inolvidables minutos, fueron estas palabras suyas: “Acuérdate, cuando llegues a tu casa, le dices a papá y a mamá que te ha dicho Fernando Martín que felicidades por la educación que te han dado”. Fue lo último que me dijo. Si ya tenía admiración por Fernando, imagínate después de este gesto. Fue algo tremendo, un subidón de adrenalina. A todos mis amigos les decía que Fernando Martín me había defendido. Que dejara lo que estaba haciendo con su compañero y me invitara a una coca cola y se preocupara de aquella manera por mí, no lo voy a olvidar en mi vida.

Pero ahí no quedó la cosa. Años después, mientras pasaba unos días en Madrid en casa de unos tíos, me volví a encontrar con él. Fue durante un torneo de Navidad en el viejo pabellón de la capital de España. Un día, me acerqué a un entrenamiento del Real Madrid y allí estaba Fernando. Le empecé a hablar y le dije si se acordaba de mí. Por suerte, él me contestó que sí. Es más, me preguntó si iba a venir al torneo porque quería entregarme algo. Me dijo que le buscase antes del partido. Y así fue, antes de un encuentro pregunté por él, salió y me regaló unas zapatillas Adidas. Todavía me emociono al recordarlo. Tener estas anécdotas con tu ídolo es increíble y demuestran su grandeza y humanidad. De hecho, a Fernando lo sentía como parte de mi familia. El legado que le he dejado a mi hijo son los valores que tenía Fernando, por encima de todo, una gran persona.

FELIZ NAVIDAD 

basketcanteramadrid@gmail.com


Saludos a todos.

12 comentarios:

  1. El 2020 se está yendo, (por fin!!!), es hora de renovar nuestros deseos e ilusiones para este nuevo año que entra, por eso quiero aprovechar para desearos lo mejor de lo mejor para el 2021, no dejéis de soñar y sobre todo tener salud.

    DE TODO CORAZÓN OS DESEO FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO

    KikO

    ResponderEliminar
  2. Tampoco ha sido un año malo. Nos hemos dado cuenta de invertir en Sanidad Educacion y transformación digital. Lo que nos puede pasar si dependemos del turismo con el fin del petróleo. Y lo dependientes que somos en industria y tecnología.
    Como decimos en baloncesto este año no ha tocado ganar sino aprender.

    ResponderEliminar
  3. Estoy de acuerdo, ha sido un año muy instructivo. Yo he aprendido lo fácil que es somoter al ser humano. He comprendido cómo unos pocos pueden dominar a muchos. Lo único que hay que hacer es construir una falsa religión oficial. Para ello hay que contar con unos cuántos sacerdotes-científicos que promulguen una serie de falsos dogmas y con unos escribas-periodistas que transmitan constantemente la verdad oficial que interesa al poder. Los creyentes vestirán una mascarilla que permita distinguirlos del resto. A partir de aquí hay que establecer una serie de mandamientos (distancia, lavados, ...) que nos purifiquen-sometan. Obviamente es muy importante que las normas sean contradictorias, absurdas y de imposible cumplimiento para que así tengamos remordimientos por haber pecado y no ser perfectos creyentes. El pecado no erá una cuestión individual, sino que tendrá repercusión en toda la sociedad (tu madre puede llegar a morir por tu irresponsabilidad de irla a visitar). Aunque siempre podremos limpiar nuestras faltas confesando con una PCR y cumplir la penitencia-aislamiento. Los vecinos-confidentes serán alentados a la delación, así el poder casi no necesitará usar la fuerza para reprimir a los desobedientes. Los disidentes-demonios serán ridiculizados y acusados y hechos responsables de todos los males. Y lo más importante, una religión no puede imponerse si no hay esperanza y promesa de salvación, está se conseguirá mediante el maná-vacuna. Ha nacido la iglesia covidiana. Nada nuevo bajo el sol.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Grandísimo comentario.

      Eliminar
    2. No deberían permitirse comentarios sectarios de gente con problemas mentales graves, que haya que leer estas cosas en un foro de baloncesto cuando vamos camino de los 2.000.000 de fallecidos en el mundo es muy doloroso.

      Eliminar
    3. Poco has aprendido "la religion es el opio del pueblo" y donde los altares son las redes sociales y TV, y los sacerdotes son los politicos y tertulianos.
      Intenta aprender que es lo que necesitamos como sociedad si tal como parece se termina el petroleo, y el agua escasea.
      Porque Europa y el tercer mundo, dependen de una vacuna que viene de Rusia, USA y China, hasta Japon esta fuera.
      Porque no teniamos capacidad de fabricar lo ensencial.
      Porque ni siquiera disponemos de tecnologia propia para el teletrabajo.
      Ya hora piensa en que debemos hacer para que en 20 años cuando no haya petroleo y el agua escasee, no podamos mantener nuestro PIB con el turismo.

      Eliminar
    4. Yo no he afirmado ni negado, nada. Con mi parodia, lo que he pretendido es demostrar que todo lo referente a la covid es formalmente una religión oficial. Y es muy preocupante ya que nos tratan cómo si fuéramos covidiotas incapaces de pensar por nosotros mismos. Mi comentario no es sectario ni tengo problemas mentales. El que lo supongas, demuestra que eres un converso a la nueva fe y cómo tal rechazas cualquier opinión disidente que cuestione tus creencias (muy típico). Por ejemplo, el número de muertos. Casi dos millones de muertos, ¿son reales?, ¿son muchos? Ni lo uno ni lo otro. Se están considerando muertos por covid a cualquiera que haya dado positivo en una prueba que la propia ONU está ya poniendo en cuestión. Todos los años hay 600.000 muertes de gripe en el mundo y este año milagrosamente van a ser cero. Dirás que son las medidas adoptadas pero ¿cómo explicas que esas medidas acaben con la gripe y no con la covid cuando ambas son causadas por virus respiratorios? Y eso mismo es aplicable a otras muchas patologías de los muertos diagnosticados de covid. Por otro lado, 2 millones de muertes sobre 7,7 mil millones de personas representan un 0,025% de la población mundial. Muy por debajo de las previsiones de la ONU. Sólo en accidentes de tráfico se producen 1,3 millones de defunciones anuales. En infartos la cifra sube a los 18 millones, siendo la mayoría de estas muertes muy fácilmente evitables con ejercicio y adecuada alimentación. Y no veo a ninguna autoridad sanitaria ni medio de comunicación preocupados con este asunto. Y es que esto de la covid no es más que un gran engaño. Sé que no puedes estar de acuerdo, es lo que tiene la fe, que no admite discrepancia. Es reconfortante sentir que sois muchos y que os consideráis buenas personas por cumplir a rajatabla lo que las autoridades os impongan. Felices pinchazos.

      Eliminar
  4. sigo sin ver que hayas tomado este año como aprendizaje. Te crees en posesión de la verdad.No pienses en los demás piensa en lo que has aprendido tu, tu familia, tu empresa, tu Comunidad Autónoma, tu país y luego el mundo.
    Feliz Navidad

    ResponderEliminar
  5. Feliz Navidad a todos!!

    ResponderEliminar
  6. Si, si, si, la gran conspiración, el club Bilderberg, los masones, la verdad os hará libres, bla, bla, bla... ya se te ha pasado otra vez tomar la pastillita... ahora envío a mis comandos a que te la den, si pudimos matar a Kennedy como no vamos a poder con el papá del próximo Doncic, que sabe que el baloncesto de su nene es más importante que las vidas de los demás... y que ha visto como los chinos y los rusos están aliados para que el chaval no pueda meter la pelotita, esa actividad esencial para el desarrollo de la humanidad, menos mal que los que sabéis la verdad lo habéis visto...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No se a que viene tu comentario. Pero el baloncesto no contamina. Quita a los chavales de los botellones. Y eso es importante.

      Eliminar